Fiscalizar las infraestructuras desde la óptica de la resiliencia y la innovación: auditoría del rendimiento de la clasificación de residuos biodegradables en Letonia

Autora: Agnese Jaunzeme, Jefa del Sector de Auditoría, EFS Letonia
Papel de las infraestructuras en la gestión de residuos
Las infraestructuras son uno de los pilares fundamentales de la resiliencia y la innovación, especialmente en aquellos sectores que tienen un impacto sobre la sostenibilidad y la gestión medioambiental. Las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS) tienen un papel crucial cuando se trata de evaluar si las inversiones en infraestructuras públicas se ajustan a los compromisos nacionales e internacionales, incluidos los objetivos climáticos y los de la economía circular. Una auditoría efectuada por la Oficina Estatal de Auditoría de Letonia (EFS de Letonia) sobre la clasificación de residuos biodegradables aporta una valiosa perspectiva sobre los retos en la planificación, ejecución y gobernanza de las infraestructuras.
Residuos biológicos | |
Los residuos biológicos incluyen los residuos biodegradables de jardines y parques, los residuos alimentarios y restos de cocina de hogares, oficinas, establecimientos de restauración y catering (restaurantes, comedores, etc.), establecimientos mayoristas y minoristas, así como otros residuos asimilables procedentes de las instalaciones de producción alimentaria. | |
Productos | Residuos de jardín |
Frutas y verduras en mal estado, cáscaras y corazones de fruta o verdura, productos de panadería, productos horneados, productos de queso, carne y pescado crudos y ya cocinados (incluidos huesos y espinas), huevos y cáscaras de huevo, cáscaras de frutos secos, posos de té y café o sobras similares. | Flores y plantas marchitas y muertas, raíces, hierba y hojas recogidas, malas hierbas, rastrojos, ramas pequeñas y otros residuos verdes de la casa o el jardín. |
Metodología y experiencia
Para garantizar una evaluación exhaustiva y equilibrada, la EFS de Letonia buscó la colaboración de un experto independiente en la gestión de residuos. El reto más importante para la auditoría consistió en la falta de datos fiables en las bases de datos nacionales, razón por la que fue el experto quien se encargó del análisis de los datos y desarrolló una metodología basada en un modelo económico y matemático que permitiera calcular el volumen y el flujo estimados de residuos biodegradables. Este enfoque hizo posible proceder a la auditoría. Además, esta cooperación condujo a un análisis en profundidad de diversos aspectos técnicos, como la eficiencia de los sistemas de clasificación de residuos y la adecuación de las infraestructuras existentes a los volúmenes y flujos previstos. El experto contribuyó a evaluar si los municipios disponían de instalaciones adecuadas para facilitar la recogida y el tratamiento de residuos biodegradables, así como a identificar carencias tecnológicas y operativas.
En la auditoría se trabajó con una combinación de métodos, a saber: el análisis de documentos, las visitas sobre el terreno y las entrevistas con las partes interesadas, entre ellas conversaciones con representantes municipales, empresas de gestión de residuos y responsables políticos. La metodología incluyó, asimismo, un benchmarking respecto a las mejores prácticas de la Unión Europea, lo que permitió a los auditores valorar los avances de Letonia en comparación con otros países de la UE. Por otra parte, se examinaron los datos financieros y la eficiencia de las inversiones a fin de determinar si los fondos asignados a la gestión de residuos se estaban aprovechando eficazmente.
Resultados de la auditoría
La auditoría reveló que, si bien Letonia había logrado progresos en el establecimiento de un sistema de gestión de residuos biodegradables, seguía habiendo importantes deficiencias en su implementación. De hecho, ya existe una infraestructura de clasificación, recogida y tratamiento de residuos como tal; sin embargo, carece de la eficiencia y la innovación necesarias para cumplir los objetivos medioambientales. Además, los retrasos en los proyectos de infraestructura se tradujeron en un aumento de los costes y la ineficiencia, lo que ha ido en detrimento de la capacidad del país para alcanzar sus objetivos en materia de gestión de residuos.
Entre los hallazgos más preocupantes figura que algunos municipios recibieron cuantiosos fondos para infraestructuras de clasificación de residuos -por un total de más de 10 millones de euros– y, sin embargo, los resultados de los proyectos no estuvieron a la altura de las expectativas. En algunos casos, las instalaciones de tratamiento de residuos planificadas no se construyeron según los plazos previstos, lo que obligó a recurrir a alternativas más caras y menos efectivas. Por añadidura, las demoras en las adquisiciones y la falta de coordinación entre las administraciones nacional y local agravaron estas ineficiencias.
Según los cálculos de la EFS de Letonia, el hecho de no haber implementado un sistema de clasificación y recogida de residuos biodegradables en todo el país había supuesto para los habitantes de Letonia dejar de beneficiarse de un ahorro potencial de al menos 16.576.830 euros en el período comprendido entre los años 2012 y 2023.
Desafíos en la clasificación de residuos urbanos
A pesar de la obligación legal de los municipios de poner en marcha un sistema de recogida selectiva de residuos biodegradables, solo una pequeña parte de ellos había establecido sistemas plenamente operativos. En algunos casos, los puntos de recogida resultaban inaccesibles o incómodos para los residentes, dando lugar a un bajo índice de participación. La auditoría puso de manifiesto que, en algunas regiones, apenas el 20 % de los hogares clasificaban activamente sus residuos biodegradables, es decir, un porcentaje significativamente inferior a los objetivos nacionales.
La falta de inversión en infraestructuras de clasificación y tratamiento de residuos biodegradables ha originado ciertas disfuncionalidades que dificultan la consecución de los objetivos de reducción de residuos. Por ejemplo, un municipio del centro de Letonia recibió 2 millones de euros para el desarrollo de una moderna instalación de compostaje. Sin embargo, debido a complicaciones administrativas, la instalación aún no estaba operativa en el momento de la auditoría. El resultado: un aumento de los costes de transporte, ya que los residuos tenían que ser remitidos a instalaciones sitas en otras regiones.
A ello se añade que los fondos asignados a las infraestructuras de gestión de residuos no siempre fueron aprovechados eficazmente y que algunos de los proyectos sufrieron retrasos debido a barreras administrativas o a una coordinación ineficaz entre las instituciones responsables.
Incoherencias en las tasas de recogida de residuos
Un problema importante identificado a raíz de la auditoría fue la incoherencia de las tasas de recogida y tratamiento de residuos, que variaban mucho de un municipio a otro. Algunos residentes pagaban casi el doble por la recogida de residuos que los de regiones vecinas con niveles de servicio similares. En un caso concreto, un municipio cobraba 15 euros mensuales por hogar en concepto de recogida de residuos biodegradables, mientras que otro municipio muy cercano ofrecía este servicio por tan solo 7,50 euros.
En el informe de auditoría se recomendó adoptar un enfoque más homogéneo en materia de precios y disponibilidad de servicios, a fin de garantizar a todos los residentes el mismo acceso a las infraestructuras de clasificación de residuos. Por otro lado, la falta de mecanismos de monitoreo y control hizo difícil evaluar si realmente se estaban cumpliendo los objetivos de las políticas de clasificación de residuos. A juicio de los auditores, una mejora en la recopilación y el análisis de datos permitiría a los responsables de la toma de decisiones perfeccionar las estrategias y optimizar la eficiencia de las infraestructuras.
Importancia de la concienciación y la participación ciudadana
En su auditoría, la EFS de Letonia también destacó que la concienciación y la participación de la ciudadanía son factores cruciales para el éxito de las infraestructuras de gestión de residuos. Sin una comunicación clara y sin incentivos para una correcta separación, las inversiones en este tipo de infraestructuras corren el riesgo de quedar desaprovechadas. Las encuestas públicas realizadas durante la auditoría revelaron que casi el 40 % de los residentes desconocían los procedimientos adecuados para separar los residuos biodegradables. Y en algunos casos, aun cuando existía una infraestructura adecuada, la población no la utilizaba porque no sabía bien cómo hacerlo.
Por ello, entre las recomendaciones de auditoría figuraba intensificar los esfuerzos por educar a la población, hacer más transparente la forma en la que los municipios gestionan sus residuos biodegradables y desarrollar estrategias para fomentar una mayor tasa de participación. El informe destacaba, asimismo, el caso exitoso de un municipio en el que una extensa campaña de concienciación pública, combinada con incentivos económicos para los hogares que participaban en los programas de clasificación, aumentó los índices de separación de residuos en un 60 % en dos años.
El camino a seguir: reforzar la infraestructura de gestión de residuos
Los hallazgos de la auditoría evidencian la necesidad de mejorar en la planificación, inversión y supervisión de las infraestructuras de residuos biodegradables. Unas inversiones oportunas, unos marcos regulatorios más adecuados y un monitoreo reforzado de los datos ayudarían a optimizar los procesos de gestión de residuos y contribuirían a la sostenibilidad medioambiental.
De hecho, una recomendación clave de la auditoría fue el establecimiento de un sistema de control digital a nivel nacional que permitiese hacer un seguimiento en tiempo real de la recogida y el tratamiento de los residuos. Un sistema así proporcionaría a los responsables políticos datos precisos sobre los flujos de residuos y les permitiría ajustar las políticas de forma dinámica para subsanar posibles ineficiencias. Como complemento, se recomendó la introducción de unos mecanismos mejorados de supervisión financiera para garantizar que los fondos asignados se gasten de forma eficaz y que los proyectos de infraestructuras de tratamiento de residuos queden finalizados en los plazos fijados.
La experiencia de Letonia demuestra lo importante que es velar por que las inversiones en infraestructuras estén en consonancia con los objetivos nacionales y aporten beneficios tangibles a la sociedad. Los hallazgos de la auditoría nos recuerdan que los fondos públicos deben emplearse con eficiencia y que, sin una supervisión y planificación adecuadas, incluso las inversiones en infraestructuras mejor intencionadas pueden fracasar y no lograr el impacto deseado. Abordando estos retos, las autoridades públicas de Letonia podrán consolidar el sistema de gestión de residuos del país y contribuir con ello a un futuro más sostenible.